En ocasiones es peligroso anticipar en exceso una revolución o querer incluirla en el día a día de la sociedad sin tener en consideración si la gente está preparada para ello o no. Contraproducente, atropellado, prematuro… Existen muchas palabras que definen este hecho y todas ellas contienen una connotación negativa. Por suerte o por desgracia, el metaverso no ha logrado escapar de ello.
Existe la posibilidad de que el producto en sí sea realmente el futuro de millones de personas, pero calcular de forma errónea el ‘timing’ puede retrasar su llegada, generar rechazo por parte de los usuarios o incluso convertirse en la ruina absoluta de un concepto brillante.
El metaverso y los videojuegos
Los mundos virtuales no son nuevos. A pesar de que el metaverso sea el pináculo de este tipo de plataformas y las empresas lo postulan como el futuro de la experiencia del cliente, los usuarios ya han coqueteado con este tipo de realidades alternativas en los últimos años.
No hablamos de pertenecer al mundo de la taquillera Avatar, que en parte también tiene sus puntos de conexión, sino de miles de juegos de mundo abierto que cada vez están más presentes. Desde los videojuegos más familiares y creativos como Minecraft, hasta los más desenfadados y rebeldes como el GTA (Grand Thef Auto), en ambos universos los jugadores comparten un mundo virtual online en común en el que interactúan entre ellos y con el ecosistema que los rodea.
El metaverso persigue una experiencia completa para
lograr una simulación total de la vida real
No obstante, el metaverso persigue una experiencia completa. Así como en los videojuegos el objetivo es claro, divertirse, competir y completar logros o misiones, las compañías quieren estar presentes en el metaverso porque pretende ser una simulación total de la vida real. Comprar, descubrir, charlar, ligar, jugar, construir… Un submundo paralelo a la vida real repleto de detalles, pero en el que por suerte nos libraremos de trámites administrativos, o eso esperamos. ¿Pasará la humanidad en el futuro más tiempo en el mundo virtual que en la realidad?
Expectativas muy altas que sufren un frenazo en seco
En línea con la anticipación mal gestionada que detallé con anterioridad, existe una teoría conocida como el ‘Ciclo de sobreexpectación de Gartner‘, recogida por el portal Business Insider, que describe los sentimientos que genera en los consumidores este tipo de malas prácticas.
La gráfica representa el progreso de las tecnologías disruptivas o rompedoras con la evolución de la percepción por parte de los usuarios. En un primer momento se generan unas expectativas totalmente sobredimensionadas sobre sus posibilidades que, posteriormente, originan un valle de desilusión. Finalmente, con el transcurso del tiempo, la línea vuelve a repuntar ligeramente confirmando la consolidación y estabilización de la tecnología.
El ejemplo más claro de todo esto es Second Life. Se trataba de una plataforma multimedia en línea que permitía a las personas crear un avatar e interactuar con otros usuarios que llegó como una auténtica revolución a comienzos de este siglo. Con la esencia del metaverso por bandera, llegó a contar con eventos patrocinados y actos sociales de todo tipo. No obstante, no cuajó y 20 años después, su concepto vuelve a emerger de nuevo, quizá esta vez para quedarse.
El problema más básico: la falta de usuarios
Al igual que una tienda no existiría sin clientes, un equipo deportivo no existiría sin seguidores y una banda de música no existiría sin sus incondicionales, una plataforma como el metaverso no existirá sin usuarios.
Más allá del ‘boom’ inicial experimentado durante el año 2022, muchas personas aún afirman encontrarse lejos mentalmente del metaverso. Conseguir estrechar los lazos entre esta nueva tecnología y la gente de a pie es el mayor reto de 2023 para un concepto que cada vez suena más y que las marcas quieren implementar en su experiencia de compra.
No obstante, de nada servirá que las empresas inviertan millones de euros en ella y las empresas tecnológicas inviertan su tiempo, esfuerzo y dinero si el resultado no es satisfactorio. 2023 dictará sentencia y ya hemos pasado el primes mes.
