El modelo empresarial ha cambiado vertiginosamente en las últimas décadas. Lo que comenzó como una evolución inexorable a finales del pasado siglo, se ha transformado en una revolución imparable en el siglo XXI. Una revolución que a aquellas empresas que no se unan, dejará en el camino.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, la humanidad vivió la Revolución Industrial que trajo consigo una transformación económica y social sin precedentes en nuestra historia. Sin embargo, esta nueva revolución no es la industria quien la lidera sino la tecnología, posicionando a nuestro sector como el impulsor de un nuevo modelo social, económico y empresarial. La tecnología, entre otros muchos beneficios que nos ha aportado, ha ayudado a la globalización del planeta dándonos la posibilidad de acercarnos a cualquier rincón del mundo, para ofrecer nuestros productos o servicios a nuevos clientes. Pero romper las fronteras empresariales no solo ha traído ventajas, también ha acercado a nuevos competidores a un simple golpe de “click”, haciendo que los mercados sean cada vez más competitivos y surgiendo un nuevo…