La convocatoria del pasado 8 de marzo cumplió con las expectativas del año anterior confirmando que el feminismo no es, ni será, un movimiento efímero, sino que cada vez coge más fuerza y forma como la verdadera revolución de nuestro siglo. Una reivindicación para que se siga trabajando por la igualdad de género en todos los sectores.
En el caso de los contact center, donde las mujeres ocupan la mayoría de los puestos de trabajo como agentes, es llamativo, que esto no se refleje cuando se observan los altos cargos directivos. Esto se debe, seguramente, a la educación que hasta ahora hemos recibido. A medida que vayan entrando los próximos años la transformación prevista de la sociedad irá sacando mujeres referentes que sirvan de ejemplo.
La nueva generación de mujeres
En otro sentido, a pesar de que en los sectores tecnológicos y científicos sigue habiendo una mayoría masculina, el crecimiento de mujeres interesadas en estas áreas no ha dejado de crecer en los últimos tiempos. Como se declara desde el Ministerio de Empleo, en los últimos 35 años el 73% del empleo que se ha creado ha sido femenino.
En este sentido, es llamativo que algunos de estos puestos de responsabilidad que sí están ocupados por mujeres, sea por menores de 35 años. Una de las conclusiones que pueden sacarse de esta observación es que las nuevas generaciones además de más preparadas, han sido educadas con menos prejuicios y se ven más capaces de llegar a puestos de mayor responsabilidad. Sin embargo, queda aún mucho camino por recorrer, aunque estos datos ofrecen un punto de vista más positivo.
Mucho más problemática es la situación de las mujeres con discapacidad. Estas según la Fundación ONCE e Inserta Empleo, sufren una doble discriminación y soportan peores niveles salariales y una mayor tasa de paro. El resultado es un escenario de manifiesta desventaja en igualdad de oportunidades.
El beneficio económico de la igualdad
Además de un deber que debe asumirse por todos, la igualdad de oportunidades de empleo aportaría, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), alrededor de 200.000 millones de euros al Producto Interior Bruto (PIB) de España. Así lo ha confirmado la ministra de economía, Nadia Calviño, afirmando que si las mujeres consiguen una tasa de participación en el mercado laboral igual a la de los hombres de aquí a 2030, el PIB de los países que integran este organismo crecería al menos un 12%.