La seguridad y la privacidad de los datos es uno de los factores más importantes para los consumidores a la hora de comprar un producto o servicio a día de hoy. En este aspecto, la biometría supone un cambio de paradigma y plantea un nuevo escenario en el que las contraseñas de usuario tal y como las conocemos ahora van a desaparecer.
Las contraseñas siempre han sido problemáticas en cierto punto por la cantidad de cuentas que tenemos en diferentes plataformas. Establecer contraseñas cada vez más complejas y tener que recordar varias al mismo tiempo hace que estas sean cada vez más inseguras y menos cómodas. Un ejemplo inicial de lo que está por llegar es la huella dactilar en los móviles, utilizada no solo para desbloquear el dispositivo, sino para realizar movimientos financieros y acciones de otra índole. Además, la ciberseguridad es un sector en pleno auge por la cantidad de ataques a la protección y privacidad a los datos de los clientes.
Las grandes tecnológicas, entre las que se encuentran Apple, Google y Microsoft, han acordado apoyar la iniciativa de FIDO para eliminar las claves de acceso y sustituirlas por datos biométricos. Estas compañías han aceptado la implementación del sistema sin contraseñas en sus respectivos navegadores propuesto por el consorcio FIDO. Este organismo, creado por varias empresas del sector tecnológico en 2013 con el fin de «resolver el problema de las contraseñas en el mundo».
El sector ha reconocido que las contraseñas son actualmente un lastre para el usuario y la industria, por lo que Google, Apple y Microsoft se han comprometido a superar las contraseñas, aunque todavía no se ha concretado en nada tangible, pero ya existen ciertos modelos que han acabado con las contraseñas tal y como las conocemos ahora a favor de la biometría, la cual será más cómoda y segura sinos referimos a la protección de datos.
La biometría acabará con las contraseñas para proteger mejor nuestros datos
Un estudio realizado por Panda Security ha revelado que un tercio de los usuarios repite la misma clave o cuenta con pequeñas alteraciones. En este contexto el peligro es claro, ya que si un ciberataque consigue la contraseña de un sitio y esta se repite, el ataque se podrá expandir al resto de perfiles. Por ello, el sector tecnológico busca trascender las contraseñas y evolucionar hacia la biometría, que se plantea como la forma más segura y cómo da acceder a un perfil.
Lo que propone FIDO va precisamente en esta dirección. “Los estándares de identificación sin contraseña de FIDO se están empleando ya en miles de millones de navegadores en todo el mundo”, explica a Andrew Shikiar, director ejecutivo de la alianza, a El País. Este proceso se trata de “un viaje, no un sprint”, en el que deben hacerse frente a “muchos desafíos” planteados por el propio hardware y la facilidad de uso.
“La experiencia de usuario accediendo a páginas web y aplicaciones será similar a la que se disfruta al desbloquear el móvil”, explica Shikiar. La biometría se posiciona como la solución que une facilidad de uso y seguridad, tal y como explica José María Avalos, experto en ciberseguridad y director en BeDisruptive: “Se basa en los tres principios básicos de la seguridad: algo que sé (una contraseña), algo que tengo (una tarjeta o móvil) y algo que soy (huella dactilar o iris)”.
Aunque sea algo progresivo y que como usuarios no vayamos a ser conscientes del cambio de un día para otro, las contraseñas tienen los días contados y el progreso tecnológico hace que su desaparición sea inevitable. Ante es contexto, en Contact Center Hub explicamos qué es la biometría multicanal: el reconocimiento facial y de voz.
