A la hora de trabajar con herramientas de big data nos podemos encontrar con multitud de problemas, especialmente si no somos expertos en el área. Pero manejarlas correctamente supone una gran ventaja de cara a nuestros competidores, ya que sus funciones son muy beneficiosas para el negocio.
La forma en que se utilizan los datos puede tener un impacto en las conclusiones e ingresos comerciales adicionales. De hecho, la creatividad ha empezado a relacionarse con la analítica y se han convertido en dos sectores que van de la mano por la industria en la que nos encontramos. Y para empezar a manejarnos, no hay que perder de vista algunos consejos para no caer en la trampa del dato.
1. Medir lo importante
El big data ayuda a cumplir los deseos de los usuarios y les facilita la elección de un servicio o producto, además de fidelizar a los clientes. Ahora bien, hay que tener cuidado a la hora de medir y analizar, porque al poder recopilar tantos datos, caemos en el error de medirlo todo.
Lo correcto es recopilar datos de todas las fuentes, almacenarlos y mantenerlos actualizados para interpretarlos y construir pensamientos lógicos. Para organizar lo analizado, se aconseja tener un espacio de almacenamiento centralizado que ayude también a crear un perfil de cliente único que se actualiza al momento de realizar acciones.
Es importante también que los datos no infrinjan ninguna norma de privacidad, por lo que llevar a cabo evaluaciones de impacto y tener claro los conceptos y términos resultan acciones imprescindibles que deberán desempeñar los profesionales de la industria.
2. Evitar errores típicos
En ocasiones, a la hora de sacar conclusiones, necesitamos buscar datos voluminosos a la vez que mezclamos información interna sobre el comportamiento y transacciones de los clientes con información externa. Los profesionales del big data deben tener en cuenta que no siempre tener una gran cantidad de datos significa que se generará un mejor procesamiento de los mismos.
De esta manera, según Revista Byte, recopilar datos por tu cuenta y adquirirlos de otras organizaciones hace que se necesite construir patrones que afecten directamente a la política de la empresa. De hecho, los datos de una sola fuente pueden no ser parte de un patrón. Por ello hay que recopilar datos por nuestra cuenta, pero también intentar adquirirlos de otras organizaciones y agencias para crear una imagen más clara de los clientes.
3. Anotar las prioridades
El trabajo con clientes puede ser estresante al trabajar con fechas concretas de entrega. Muchas empresas se dejan llevar por las nuevas audiencias y se olvidan de los clientes existentes, lo cual es un error que podemos ver reflejado en su pérdida.
La regla de oro en los negocios es construir relaciones leales con los clientes ya que es más caro buscar nuevos que fidelizar los que ya tenemos. De hecho, un cliente existente gasta entre un 60-70% en nuestra marca, mientras que los nuevos tan solo un 5-10%. Por tanto, la recopilación de datos no debe realizarse con el fin de acumular información, sino que es importante procesarla correctamente.