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Las reglas clave del liderazgo

El liderazgo actual poco o nada tiene que ver con el de hace dos décadas, y qué decir del de mediados del siglo pasado. En esa época los jefes malhumorados, sin flexibilidad ninguna, que siempre buscaban culpables y que aplicaban la táctica del miedo eran la tónica habitual. 

No obstante, la tendencia moderna es bien distinta. La figura del líder que predica con el ejemplo, se esfuerza como nadie, motiva e inspira a su equipo y se preocupa por los sentimientos de sus trabajadores y trabajadoras está al alza.

Por ello, hoy detallamos cinco aspectos clave, recogidos por el portal Customer Think, para convertirte en un líder moderno y eficaz.

Compréndete

Quizá te veas de una cierta forma, y por ello pienses que el resto de las personas te perciben como tal. En cambio, es muy importante pararse a pensar si realmente actúas en consecuencia a esa imagen que tienes de ti, y más importante, si logras transmitir esa sensación. 

En muchas ocasiones nuestra percepción y la del resto de personas no coinciden. Debemos reflexionar sobre nuestros actos, comentarlo con personas de tu entorno para salir de dudas y modificar aquellas pequeñas cosas que te alejan de la senda que buscas.

Es absolutamente fundamental tener autoconciencia. Necesitamos conocer nuestros puntos fuertes y trabajar en mejorar los débiles. Únicamente de esta manera podremos transmitir humildad y cercanía a nuestro equipo de trabajo, que te observarán como una persona, y no como una molestia.

Humildad

Ser el líder no te convierte de forma automática en la persona más inteligente e imprescindible de tu ámbito laboral. Todos tienen un trabajo y el del líder debe ser cohesionar a todos sus empleados y empleadas y hacerlos responsables de sus acciones.

No obstante, el respeto entra en juego de una manera muy interesante. Nunca debes mostrar de forma abierta aires de superioridad. Contar con una cadena de mando no es malo en sí, ya que las organizaciones pueden hundirse sin supervisión, pero existe una forma sútil, humilde y apropiada de realizarlo.

La lealtad no se exige, se gana

Por ejemplo, estar continuamente a la defensiva, rechazar el feedback de tu equipo y recordar constantemente tu rango y poder son prácticas que no sirven de nada. Tu plantilla no se sentirá partícipe de la marca, te verán como una persona estúpida y querrán saber de ti lo menos posible.

En contraposición, un buen líder nunca exige a nadie realizar una tarea que él no haría. A pesar de que a veces pueda implicar acciones desagradables, mostrar ese compromiso suma mucho a la hora de ganarse el respeto de las personas que te rodean.

Existe una teoría, firmada por Ken Blanchard, que explica las cuatro acciones clave de un buen líder. El escritor y experto en management estadounidense afirma que los cuatro modelos del liderazgo son contar, vender, participar y delegar.

  • Contar: Explicar cómo llevar a cabo un trabajo.
  • Vender: Describir las ventajas de realizar de esa manera el trabajo.
  • Participar: Dar feedback y buenas palabras tras observar el trabajo completo.
  • Delegar: Preguntar si existe algún detalle que se podría mejorar.

Nadie es más inteligente que todos juntos

No tienes la obligación de ser la mente más brillante de tu empresa. De hecho, una vez que tengas confianza como líder, rodearte de personas que creas semejantes a ti, o que incluso pienses que son más inteligentes que tú, es lo mejor que puedes hacer. De esta manera potenciarás la involucración y las ideas nuevas aparecerán de forma constante.

Del mismo modo, nunca debes crear la sensación de que fracasar tendrá consecuencias trágicas. Tu equipo debe sentirse cómodo ofreciéndote propuestas y no lo estarán si tienen miedo a que no funcione de forma correcta.

Aprende a comunicar

Hablando se entiende la gente, ¿no? La comunicación es fundamental. Punto. Todas las acciones pasan por ser un gran comunicador. Necesitas hablar con tu equipo de forma frecuente, abierta y transparente. Recuerda, la comunicación excesiva es mejor que la comunicación insuficiente.

La comunicación excesiva es mejor que la comunicación insuficiente

Crea vínculos de lealtad

Todo lo mencionado anteriormente lleva a este punto. Si eres un buen líder, tu equipo lo valorará, quizá mucho más de lo que puedes llegar a pensar. Ese respeto y compromiso se traducirá en afecto, lo que llevará poco a poco a generar un vínculo de lealtad irrompible.

La lealtad no se exige, se gana. Debes cuidar, proteger y preocuparte por tu equipo, demostrando que tú también eres parte de él. Acercarse al término de ‘compañero’, pero sin perder de vista tu rol de líder.

Por último, conocer la vida personal de tu equipo también ayuda. Estar al tanto de sus situaciones diarias, su ambiente familiar, sus problemas o alegrías diarias, etc.

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